
Volvió a mandar y lo hizo bien, como tantas tardes. Ayer Iker Romero se gustó defendiendo los colores de la selección española de balonmano. Y de su mano quedó encarrilado el pase a semifinales en el Europeo. Cuestionado en su presencia, sin apenas minutos de juego y aceptando el rol de suplente, Iker hizo de cada acción una reválida de sí mismo. Como si fuera un novato.
Pero nada más lejos. El carismático número 18 cuenta con una hoja de servicios envidiable, encabezada por el Campeonato del Mundo (Túnez 2005). Junto a este, varias medallas internacionales entre Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos. Con sus equipos, tres Ligas ASOBAL, cinco Copas del Rey y dos Copas de Europa. Trofeos con mucho peso personal por su implicación...