
Fotografía: Estadio de Montjuic, en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona
Hace veinte años y dos días una saeta de fuego alumbró la nueva era del deporte español. Esa preciosa imagen, mil veces repetida hoy, sucedió en Barcelona. Su protagonista, el atleta paralímpico Javier Rebollo. Cargado su arco, atinado su pulso, lanzó su flecha al centro mismo del pebetero del Estadio de Montjuic. Acababan de comenzar los Juegos Olímpicos de Barcelona. La historia de su historia se remonta cinco años más atrás; en concreto al 18 de octubre de 1987. En aquel día de otoño la ciudad catalana fue designada sede de la edición de 1992. O dicho de otro modo, fue declarada el motor del cambio deportivo nacional.
A ojos del mundo España debía/quería...