lunes, 27 de febrero de 2012

"El Matador" y la arena


Don Vicente puede descansar tranquilo. No pretendo plantear la segunda parte de su célebre
Sangre y Arena. Este "Matador" poco tiene que ver con su Juan Gallardo protagonista. Tampoco esta arena bebe de la inspiración taurina que contextualiza la novela del magnífico escritor y personaje valenciano. Hablo de uno de nuestros grandes deportistas: Carlos Sainz. Para muchos -me incluyo- el mejor automovilista español. El motivo de esta entrada, una interesante entrevista en el diario As y una no menos interesante conclusión: "El Matador" quiere volver a la arena dakariana para ganar. 

Su ambición le impide irse en silencio. El silencio que impuso su equipo, Volkswagen, al retirarse del proyecto Dakar en 2011. Después de varias temporadas de dominio absoluto, la marca alemana dijo adiós al mundo de las dunas. Mediado el año decidió volcarse en su nuevo modelo del mundial de rallys. Sainz -por cierto, desarrollador de este prototipo de competición- y sus compañeros De Villiers o Al-Attiyah, entre otros, se vieron ante la urgencia de encontrar nuevo equipo. El problema, la falta de tiempo para negociar. Sin opciones de entrar en la gran estructura de Mini, toda posibilidad giraba en torno a un equipo menor. Esta fue la opción tomada por Nasser Al Attiyah -quien hubo de sufrir los problemas de su Hummer- o Giniel de Villiers -cuyo podio tiene especial valor por lograrlo con un Toyota semioficial-. Nuestro embajador del volante decidió, en su frustración, no correr. "Sólo iría con un equipo de garantías, y no lo hay", reconoció al diario Marca. 

La carrera notó su ausencia. Pocos pilotos poseen la capacidad y el talento de "El Matador". Menos muestran sus opciones de victoria en la primera participación. Su debut en 2006 -aún en África- fue el aviso de su futura victoria. Sólo el infortunio en grado sumo retrasó la gloria a 2010. Una avería, un agujero maldito... La justicia deportiva llegó hace dos años. No hubo laurel, en cambio, en 2011. Su lucha cuerpo a cuerpo -coche a coche si se me permite- con el qatarí Nasser Al Attiyah le fue desfavorable. La revancha sigue pendiente.

Planteada la opción de su retorno, se abren varias vías. El podio final logrado por De Villiers este año con un Toyota modesto parece haber servido de acicate a la marca japonesa. En 2013 repetirá el talentoso piloto sudafricano -ganador del Dakar 2009, aquel de la desventura para Sainz-. A su lado, un fichaje de nivel: Krzysztof Holowczyc. Hay pilotos. Veremos si hay mecánica para repetir antiguos éxitos. Aquí encajaría a la perfección un desarrollador como el español. Aunque la entrada de Toyota en las 24 Horas de Le Mans hace plantearse cuánto durará este proyecto.

La opción Hummer se presenta poco propicia para un verdadero aspirante al triunfo final. Ideal, en cambio, para sumar victorias parciales. Un coche tan rápido en pista abierta como poco fiable. En este, su mejor año, y con su mayor regularidad, Robby Gordon tuvo cerca el podio. Al final su Hummer, polémicas técnicas aparte, falló. El Dakar no es sólo velocidad y saltos. Aunque se agradece su sentido del espectáculo.


Mirando al horizonte parece abrirse otra vía: Citroën. La marca del doble chevrón quiere volver de la mano de su octacampeón del Mundial de Rallys, Sébastien Loeb. Los rumores establecen el objetivo para 2014. El retorno de la fábrica francesa devolvería al motor una imagen de los noventa: el dominio de su modelo ZX. Tiempos de aventura por África. Añorados tiempos, todo sea dicho. Cabe decir que Carlos Sainz fue hombre de la casa Citroën. Cerró allí su etapa en el mundial de rallys (2003-2005) e incluso ayudó al desarrollo de su división de competición. Aunque suena con fuerza la opción de Al-Attiyah como compañero de Loeb. 

Hoy al madrileño le ata un contrato con Volkswagen para desarrollar el nuevo Polo. Pero no debería descartarse esta vía de Citroën. Ni cualquier otra. Sainz tiene una especial habilidad para desarrollar vehículos. Y una competitividad envidiable. Junto a su talento, las claves para apostar por su regreso a la arena. Con el equipo que él quiera, a sus hoy 49 años, Carlos volverá. Y volverá para ganar.

Fotografías: Sainz y su copiloto, celebrando el Dakar 2010 / Motor21.com 
Fotografía 2: Citroën ZX del Rally Dakar / Motorclasico.com

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